¿A quien invitamos?

Si hay algo que teníamos claro clarísimo cuando mi chico y yo decidimos casarnos era que nos casabamos nosotros, no nuestros padres, y por lo tanto, la lista íntegra de invitados estaba sólo en nuestras manos.
No deja de sorprenderme cuando quedo con parejas que nos contratan para su boda cómo acaban engordando la lista de invitados por complacer a sus padres. Y aunque muchas veces quieran una boda íntima sólo con los familiares y amigos más cercanos, acaban aumentando en veinte o treinta personas más la lista por compromisos de sus progenitores. Y yo simpre les digo lo mismo, que la boda es suya,  debe ser como ellos quieran y tienen que compartirla sólo con aquellos que son impotantes para ellos.

¿Cómo hacer la lista de invitados?
Muy fácil!  Juntos, sentaditos tranquilamente en el sofá una tarde de domingo  papel y boli en mano, empezando por la familia y siguinedo por los amigos.  ¿Dónde cortar? Dónde se quiera. Si no quieres invitar a los primos de tus padres pero hay uno con el que tienes especial relación ¿por qué no invitarlo? Si te apetece que estén tus amigos de la facultad con los que compartiste cinco o seis años de aventuras aunque hace tiempo que no los ves pero quieres que están presentes en esta nueva aventura, ¿por que no?

Al final tendréis una lista en la que tachar y añadir nombres, y en la que seguramente dudaréis muchas veces si poner o quitar. Pero yo creo que al final, lo importante es que estén los que tienen que estar, es decir, la gente que os quiere y que queréis, gente importante en vuestra vida, los veáis todos los días o una vez al año.

Imágen vista aqui.

Y vosotras, ¿sois de muchos o pocos invitados?